La cooperación económica, social, política y cultural respetando sus diversos modelos, estructuras, líneas políticas y pensamientos. Adicionalmente a todo lo dicho, la UNASUR busca consensos y coincidencias, para poder continuar cada uno con sus políticas proteccionistas pero buscando un regionalismo abierto. América Latina aún es el continente con mayores desigualdades regionales, económicas y sociales, por eso los objetivos comunes como la integración, la lucha contra la pobreza y la inclusión social fortalecen estos procesos integratorios entre países profundizando las democracias y los procesos de desarrollo. Se ocupa de aprovechar las fronteras como espacio de integración para desarrollar conceptos como la paz, la seguridad, la identidad cultural y el diálogo social.
Luego de la crisis de 2009 y de los procesos de globalización, la idea del mundo unipolar es algo obsoleta. Por eso resultó indispensable para Latinoamérica encontrar una forma contemporánea de integrarse, para trabajar sobre sus economías, sociedades y culturas, desarrollar propuestas, relacionarse con otros bloques y países, lograr acuerdos y formas de relacionamiento. En conclusión esta forma de integración regional reúne a doce países con sus doce voluntades políticas.
Lo cierto es que también responde a otros esquemas de integración existentes y a la necesidad de la región de tener uno propio. Ejemplos son el caso de la Unión Europea que posee un modelo de integración con una sola unidad económica y que busca en sus relaciones con otros bloques de integración. Estados Unidos optó por alianzas estratégicas con tratados de libre comercio y políticas de seguridad. En cambio el mundo euro-asiático prefirió la instalación de redes de libre comercio pero con integración industrial. La UNASUR se define a sí misma como una “concertación estratégica” pero no como un objetivo político común.
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